miércoles, 29 de octubre de 2008

VIAJAR CON DIABETES

Viajar es uno de los mayores placeres que existen. Conocer nuevas gentes, costumbres y paisajes es una actividad que ha fascinado siempre al ser humano. Y las personas con diabetes no somos distintas. Solamente necesitamos seguir unas sencillas recomendaciones para que no surjan contratiempos.

CONDICIONES PERSONALES

Si planeamos hacer un viaje largo, conviene estabilizar los controles de glucemia lo más posible varias semanas antes de salir. En caso de necesitar vacunas, es mejor ponérselas al menos 1 mes antes de la salida.

DOCUMENTACIÓN

Siempre debemos viajar con un informe médico reciente donde conste nuestro diagnóstico, complicaciones si las hubiera, y el tratamiento completo que debemos seguir: no solo los antidiabéticos o la insulina, sino también la medicación para la hipertensión arterial, el exceso de colesterol y otros. También deberá constar, en su caso, la existencia de alergias (a medicamentos, alimentos, etc.) Además es necesario llevar la Tarjeta del Servicio Público de Salud o Compañía aseguradora a los que se pertenezca.

Si salimos al extranjero, es aconsejable que el informe esté redactado en inglés y que conste la necesidad de utilizar agujas, lancetas, jeringuillas, etc. para evitar problemas en los controles de seguridad de aeropuertos y estaciones. Para viajes por Europa, debemos obtener la Tarjeta Sanitaria Europea que nos permitirá recibir asistencia sanitaria en igualdad de condiciones con los asegurados del país al que vamos. Esta tarjeta es individual y puede obtenerse en el acto al presentarse en cualquier Centro de Atención e Información del INSS, previa identificación personal (en Cartagena, esta oficina está en la C/.Caridad, 13). Si se trata de familiares a nuestro cargo, deberemos presentar además el modelo P-1, donde consten dichos familiares. En caso de viajar a otros países, conviene preguntar en nuestro Servicio Público de Salud si existe concierto entre las sanidades de ambos países y sus condiciones. Es aconsejable suscribir una póliza de seguro ante contingencias inesperadas o no incluidas en el sistema de salud (intervención quirúrgica, repatriación, etc.).

Cuando salga al extranjero, lleve siempre un brazalete o gargantilla que diga “Tengo diabetes” y aprenda a decir en inglés “I have diabetes” y “sugar or orange juice, please”.

MEDICACIÓN

Conviene calcular por lo menos el doble de medicación (pastillas o insulina), tiras reactivas y lancetas para autocontrol de los que correspondan a los días de viaje. Esto incluye también el glucómetro y el dispositivo de punción capilar, que debemos llevar también por duplicado (podemos alquilar unos temporalmente en nuestra Asociación de Diabéticos local). También necesitamos llevar galletas o colines de pan envasados al vacío, zumos y tabletas de glucosa. Todo este material debe viajar en el bolso de mano ( no debe facturarse ) y, si podemos, repartirlo con otra persona para evitar problemas en caso de robo o extravío del equipaje.

La insulina no puede viajar nunca en la bodega del avión, ni exponerse a temperaturas altas en la guantera o el maletero del coche o autocar. Tampoco en la playa o en la mochila si subimos a la montaña: en estos casos protegeremos la insulina con acumuladores de frío o con carteras aislantes especiales (disponibles también en las Asociaciones). Una vez llegados a destino, la guardaremos en sitio fresco, resguardado del calor y de la luz directa.

VIAJES EN COHE

Si el viaje es largo, es conveniente planificar el recorrido y la duración con antelación. Si vamos a conducir nosotros, es obligado hacerse un control de glucemia antes de salir y realizar una parada cada 2 horas. Esto nos permitirá desentumecer los músculos, despejar la mente y, ante la mínima duda, practicar nuevo control de glucosa. Es preferible conducir con glucemia ligeramente elevada que lo contrario. Si se es portador de una bomba de insulina, conviene reducir la perfusión basal un poco. En todo caso, hay que llevar a mano zumos y algún carbohidrato simple (galletas, glucosa o similar).

VIAJES EN OTROS MEDIOS

Si vamos a ir en avión, es importante recordar que muchas comidas llevan pocos carbohidratos y que en muchos vuelos no nos darán ningún alimento, por lo que hay que llevar suplementos de comida a mano. En los viajes intercontinentales hay que cambiar los horarios de insulina, aproximando 2 dosis si se viaja hacia oriente (habrá que disminuir un poco las dosis); si se viaja hacia occidente hay que retrasar la dosis siguiente (aumentando quizá un poco la dosis precedente).

Si viajamos en barco, hay que contar con la posibilidad del mareo. Es mejor no hacer comidas abundantes, sino de pequeño volumen, disminuyendo un poco la insulina precedente. Si se es propenso al mareo, hay que tomar medicamentos contra la cinetosis antes de la salida y cada cierto tiempo, según se necesite. Si a pesar de todo comenzamos a vomitar, hay que procurar ingerir líquidos con glucosa en pequeñas cantidades: soluciones de rehidratación (en farmacia: Sueroral Hiposódico®, Isotonar®, Oralsuero®) o incluso bebidas para deportistas (Aquarius®, Isostar® o similar) (las bebidas del primer grupo tienen 1'5 veces más glucosa que las segundas; conviene diluir con agua ambos tipos para evitar hiperglucemias). Si los vómitos no ceden, hay que avisar al Servicio médico de a bordo.

ALIMENTACIÓN

Hay que llevar suficiente cantidad de alimentos ricos en carbohidratos como para solucionar situaciones de falta de ellos, porque no en todos los sitios podremos conseguir fácilmente comida (aeropuertos en zonas de tránsito, máquinas expendedoras vacías, países pobres, etc.). Conviene llevar galletas, pan tostado, galletitas saladas, barritas energéticas, etc. en envases individuales al vacío, tanto en la bolsa de mano como en el equipaje facturado. Fuera de nuestro domicilio quizá tengamos que sustituir nuestros carbohidratos habituales (pan, patatas, pasta) por cereales, cuscús, arroz o tapioca.

EQUIPAJE

Tendremos que seguir las recomendaciones que se impartan a todos los viajeros, según el destino elegido. Escojamos siempre ropa y zapatos cómodos, adaptados al clima y a las condiciones del terreno. Si se prevén baños en mar o río, conviene llevar zapatillas de baño. Si nuestra diabetes es de mucho tiempo, es mejor no caminar descalzo nunca (zapatillas para el hotel) y revisar los pies a diario.

ACTIVIDAD

Si vamos a hacer actividad física más tiempo de lo habitual (aunque solo sea caminar) tendremos que pedir a nuestro médico que nos ajuste la insulina o ciertas pastillas. La disminución suele ser de un 15-20 %, pero en determinados casos puede llegar a ser del 50 % o más. Si la actividad que se va a hacer es exclusivamente deportiva, hay que planificar cuidadosamente medicación y alimentación con el educador en diabetes o con el médico.

Viajemos donde nos plazca. La diabetes viaja con nosotros: llevemos también el autocuidado. Si necesitas folletos informativos o quieres consultar algo, contacta con nosotros.

Javier González Pérez
Asesor Médico de SODICAR